-¿Y a dónde vas?-
-Fui siempre a ningún lado, lo sabés. No me tomes por estúpida-
- ... -
-Sabés que hice, llevás contadas las risas que esbozé, confizcás mis carcajadas, anotaste las fechas de cuando lloré. Sabés cuantos kilos bajé, las combinaciones de ropa y los labiales que usé; sabés que perdí amigos, que a las paredes de mi casa le falta pintura. Conocés las calorías que ingiero por día y que es lo que leo a la noche. Encontraste los aros que perdí, y anduviste juntando las perlas de plástico del collar que rompí antes de irme a bañar; sabés como dormí de noche, si alguna vez me sentí feliz por conocer a otra persona; sabés que en un intento absurdo le saqué las pilas al reloj para saber siempre la hora exacta. Te metiste en mis sueños nocturnos y así conociste mis deseos y mis miedos, sentiste cuando te extrañé y sabés que cuando prefería olvidarte menos lo intentaba. Contaste la cantidad de veces que pestañeé en un día, e hiciste silencio para escuchar si mi corazón se aceleraba cuando tocaban la puerta. Sabés mis mentiras ahora, sabés mis verdades ahora. Sabés todas las putas cosas que hice durante estos 3650 días, y, ¿Encima se te ocurre preguntarme si no había dejado de fumar? ¿Encima se te ocurre preguntar que hago por acá? Cuando sabés que mi vida esta espantosamente vacía; ¿Encima se te ocurre preguntarme que qué anduve haciendo éste tiempo?-
- ... -
-¿Encima se te ocurre preguntarme si te pienso acompañar?